Fiesta de la Epifanía

Temas: Epifanía de Dios en el Niño Jesús; Jesús el Rey esperado y ofrecido como gobernante para toda la humanidad. Los creyentes nuevos adoradores de Dios. 

En Colombia celebramos la Epifanía este domingo, y el lunes siguiente – 8 de enero – la Fiesta del Bautismo del Señor Jesús, fiesta con la que termina el tiempo de Navidad.

Is 60, 1-6  Sección del Trito- Isaías (tercer Isaías, cap. 56-66), los capítulos 60-62 tienen mucha relación con el Segundo Isaías, marcados por un mensaje de consolación, en los que la Esperanza y la Fe se ven animados.  En el texto de la lectura se debe notar la presencia de Dios, luz que resplandece y guía el caminar de las naciones. La descripción del esplendor de Jerusalén y la correspondiente visita de las naciones se convierten en el marco para anunciar la visita de los llamados “Reyes de Oriente” que ofrecen sus más cotizados regalos al nuevo REY que resplandece gloriosamente en un niño.

Salmo 72 (71) Es una súplica a Dios por el Rey para que pueda cumplir la  gozosa tarea de gobernar a su pueblo; se describe al rey prometido: justo, pacifico, victorioso, glorioso: La comunidad cristiana ha visto en estos rasgos el retrato detallado del Rey Mesías.

Ef 3, 2-6  Pablo se presenta ministro del Ministerio de Cristo en favor de los gentiles; ministerio que ha conocido por revelación y que tiene como destinatarios a la humanidad entera.

Mt 2, 1-12 tres escenas: El marco de los acontecimientos y su el reconocimiento que hacen las culturas (v. 1); el encuentro de los “buscadores” del Niño con Herodes y su reacción (vv. 2-8); el Encuentro con el Niño (vv. 9-12).

En el marco se precisa lugar y época del nacimiento. Belén (Bet – Lejem: Casa del pan), antiguamente llamada “Efratá” – Fértil (1 Cro 4,4; Miq 5,1); casa del rey David.  Entorno a Belén y a la Alianza Davídica se cristalizó la esperanza de los pobres, del pueblo, así la esperanza mesiánica anunciada desde antiguo se realiza bajo la forma más humilde. Aquí en la casa del pan nace quien más tarde se autodefinirá como el “pan vivo bajado del cielo”.

Este pasaje muestra la amplitud de la misión salvadora de Jesús que es ofrecida a todos los pueblos. El nacimiento del Niño Jesús es luz que atrae los sabios de otras culturas, en Él descubren el REY esperado. La noticia llega a Herodes que se sobresalta y piensa en sus mezquinos intereses y por tanto no puede descubrir el don esplendido y magnífico que es ofrecido en el recién nacido.

Los sabios venidos de lejanas tierras, después del encuentro con Herodes, siguen su búsqueda conducidos por la luz y sabiduría inicial, como si se pretendiera ignorar las “ideas de Herodes”. El encuentro es descrito en un cuadro único: sus ojos vieron al Niño con María, su madre, ante este cuadro la actitud odorante no se hizo esperar y con ella el ofrecimiento de sus regalos: Oro, incienso y mirra. Un rasgo que hay que destacar es la inmensa alegría fruto del encuentro.

Epifanía: Es la manifestación de Dios en persona, es la manifestación de Dios en el Niño Jesús y que es reconocido por la humanidad entera, representada en los “magos de oriente”. En el Niño se ve a Dios.

El lenguaje de la Epifanía, el sentimiento de alegría, la actitud de adoración y la generosidad en regalos son la herramienta para expresar que se está ante Dios; pero todo este cumulo de expresiones no logran comunicar la totalidad de la realidad interior y misteriosa del acontecimiento, pues la realidad desborda las categorías humanas, por ello san Pablo manifiesta que su conocimiento es una revelación que Dios comunica. Cada creyente está invitado a vivir la experiencia de ver a Dios en Jesús de Nazaret y dejarse llenar de alegría por su encuentro en la vida personal y comunitaria.

La manifestación de Dios ha cambiado respecto al pasado,  desde este momento revelar, manifestar, dar a conocer, poner en claro, es decir las “teofanías”, manifestaciones de Dios, acontecen en Jesús, Él es la experiencia visible de Dios, ya no es una manifestación fulgurante, luminosa como lo describe el Antiguo Testamento, ahora se trata de una manifestación “secreta o velada” en la carne de Jesús; Él es el camino para ver al Padre (Jn 14,9). Los buscadores de Dios lo han de reconocer en la persona de Jesús que nos es ofrecido por el Sí generoso de María.

Los regalos.
Los “magos de oriente”, que la Tradición recuerda en tres reyes con sus tres regalos: Oro Incienso y Mirra, dones con un significado concreto.

Oro: Metal precioso, símbolo de la realeza, tributo  para reyes por manifestar dignidad, soberanía, autoridad, pues designa dominio o gobierno.

Incienso: en el culto del AT se hacía gran uso de los aromas o perfumes como ofrendas, al punto que se tenía el altar de los perfumes o del incienso (Cf Ex 30, 1-10); su uso es expresión de gozosa adoración. Quemar incienso es una forma concreta de adorar, de ofrecer su alabanza a la divinidad.

Mirra: resina gomosa de color amarillo, en variedad de tonalidades pardo-rojizas, usada en la antigüedad para elaborar perfumes, ungüentos, medicinas, y para embalsamar los cadáveres.

El cristiano hoy, debe ofrecer sus regalos al Señor. Reconocer y aceptar el reinado de Jesús, no solo con palabras, sino ante todo con las obras de cada día, este sea nuestro oro. Adoración y alabanza reconociendo que Él es Dios, suba constantemente nuestro incienso de adoración; y quizás sea el momento de revalorar el uso del incienso en las Eucaristías, educando al pueblo para que tenga conciencia que es una forma de adoración y alabanza gozosa. La mirra que recuerda el momento de la sepultura como un momento de buen olor nos haga tomar conciencia en que en todo momento debemos dejar sentir el buen olor de Cristo.











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