Natividad de la Virgen María, "su cumpleaños"

 

Natividad de María

Feliz cumpleaños Madre 

Septiembre 8 de 2025

La Iglesia solo celebra tres “cumpleaños” en el calendario litúrgico: la Natividad de Nuestro Señor (25 de diciembre), la Natividad de Su Precursor, Juan el Bautista (24 de junio) y la Natividad de Su Madre el 8 de septiembre; y solo celebra la concepción de dos de ellos: la del Señor de forma virginal en la Anunciación, el 25 de marzo; y la “Inmaculada Concepción de María”, el 8 de diciembre, que celebramos hace nueve meses atrás, tiempo gestación para su nacimiento.

Ahora bien, la Iglesia no celebra fechas, celebra el acontecimiento, el misterio de la acción de Dios en la persona y en su pueblo. Es este el dato que meditamos y destacamos en la vida de María, Dios ha actuado en ella de manera particular. El texto bíblico nada nos dice sobre su nacimiento, pero, como bien lo sabemos, ella aparece en las páginas de la Sagrada Escritura en directa vinculación con su Hijo Jesús, el Salvador. Estos datos llevan al pueblo creyente a expresar su gratitud para con Dios por la presencia y acción de María en estas maravillas de Dios.

Las gracias particulares de María, como su nacimiento, están ordenados por su misión como Madre del Salvador. Su existencia está indisolublemente unida a la de Cristo: participa de un plan único de predestinación y gracia. El plan misterioso de Dios sobre la Encarnación del Verbo Eterno abarca también a la Virgen, que es su Madre. De esta manera, el Nacimiento de María se inserta en el corazón mismo de la Historia de la Salvación. 

Miqueas, en la lectura de hoy, destaca tanto la pequeña Belén, como aquella “que debe dar a luz”, cuya grandeza se resalta en el bello pasaje de Mateo, donde por tres veces, en boca de distintos testigos cualificados, se menciona como Madre del Salvador por una gracia especial: El Evangelista Mateo, por primero, afirma que María es su Madre y que lo es por obra del Espíritu Santo, “La generación de Jesucristo fue de esta manera:

María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo”; la segunda voz es la del ángel que le aclara las dudas a José diciéndole que “la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo… [y] él salvará a su pueblo de los pecados”; finalmente el evangelista cita al profeta Isaías que cientos de años atrás ya había anunciado: “La virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Enmanuel, que significa ‘Dios con nosotros’”.  Ella es la mujer de quien con certeza se pude decir que ha hecho suyas las palabras que hemos orado en el salmo: “yo confío en tu misericordia: mi alma gozará con tu salvación. Y cantaré al Señor por el bien que me ha hecho”.

Hoy como hijos de Dios, nosotros cantamos al Señor por el bien que nos ha hecho en la vida y la entrega de María, la Madre del Salvador, y con orgullo de hijos le decimos: ¡Feliz cumpleaños madre!

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